Nacemos y comienza la aventura de aprender. Aprender implica un proceso de cambio y de interacción entre el/la niño/a y el medio, creando la posibilidad de modificar, comprender, crear y elaborar su propio conocimiento.
Este movimiento constante está impulsado por la motivación afectiva, que juega un papel central en el proceso de aprendizaje, fomentando la construcción de un sujeto deseante de saber.
Todo material y actividades que se presentan tienen un significado lógico, que a través del juego y la experiencia, originan la capacidad de transformar el aprendizaje.
Junto con la familia estamos allí, construyendo saberes a lo largo de la vida, que serán andamios de nuevos saberes, nuevos significados y nuevas aventuras…
La historia reciente comienza…
El jardín Maternal y de Infantes En Una Nube Blanca, desde hace tres décadas, ha sido el lugar donde las familias han encontrado calidad y calidez educativa, formación en valores, confianza, seguridad y excelencia.
Desde sus comienzos nos preocupo y ocupo brindar un espacio que garantizara a sus educando la contención (afectiva, corporal e intelectual) necesaria para desarrollarse de manera integral.
Hacia esa meta dirigimos nuestros esfuerzos día a día. Estamos convencidos que en un ambiente propicio, un niño que es amado, estimulado y contenido tiene muchas posibilidades de convertirse en un hombre libre, respetuoso, tolerante, cooperativo, autónomo y racional.
Hoy como ayer nos guían valores que resaltan las virtudes morales por sobre el marketing y lo material.
Honestidad, esfuerzo, solidaridad, libertad, confianza, respeto e inclusión, representan palabras sin sentido en un mundo que parece perder su rumbo. Sin embargo, para nosotros, son los faros que alumbran nuestro accionar cotidiano. Porque creemos firmemente en estos valores, estamos en constante trabajo de reflexión y capacitación institucional, convencidos que nuestros pequeños son la tierra firme donde germinan estos ideales.
Nuestro proyecto suma día a día profesionales de la educación con los cuales a diario seguimos pensando y reflexionando la educación en un modelo de inclusión que nos permita reconocernos como únicos e irrepetibles, como diferentes e iguales, cuidando un patrimonio invalorable “la humanidad”.
Dirigimos nuestras prácticas convencidos de que la experiencia empuja al desarrollo, de que la motivación genera autoestima y confianza, y de que existe una manera de enseñar y aprender que despierte pasiones.